jueves, 25 de febrero de 2010

Beer vs. Baseball


¿Imposible imaginar ambos de manera separada verdad?


Por tradición, cultura e historia la relación íntima de la cerveza y el béisbol ha permanecido por generaciones. Sin duda, podemos decir que en la actualidad el principal patrocinador de varios equipos de béisbol profesional en México, es la industria cervecera.

En lo que se refiere al consumo de cerveza en México, el consumo per cápita anual es alrededor de los 53 litros. Y el grupo social que más lo consume son los hombres de 18 a 43 años.

Generalmente, los deportistas que consumen alcohol (cabe destacar que en el béisbol no está reglamentado su consumo); lo hacen por varias razones, ya sea por motivos sociales, en familia y también para relajarse después de un juego y celebrar con los amigos.
Los efectos del alcohol dependen de la cantidad consumida y de la tolerancia de cada persona. Las personas que bebemos, en mi caso por ejemplo; me gusta tomar una copita de vino tinto en la comida, lo hago por sus propiedades ansiolíticas, (que significa reducir el estrés), así como por sus efectos protectores en el sistema cardiovascular y por supuesto por placer.

Sin embargo, el exceso del consumo de alcohol tiene efectos fisiológicos negativos, y desde luego que en el caso del deportista afecta de manera negativa su rendimiento.
Los niveles de alcohol en la sangre afectan de manera importante los tiempos de reacción, disminuyendo la coordinación ojo-mano.
Respecto al rendimiento, fuerza y potencia, el alcohol afecta de manera negativa dichas destrezas, así como también acelera la fatiga en ejercicios de alta intensidad.

El alcohol que consumen los deportistas después de un evento; como es el caso de un juego de béisbol, éste se absorbe mucho más rápido y sus efectos aumentan debido a que el atleta está deshidratado y posiblemente haya comido poco.

Las bebidas alcohólicas incrementan la pérdida de líquidos perjudicando el proceso de rehidratación después del ejercicio, por que el alcohol es un diurético (esto quiere decir que aumenta la producción de orina) y no contiene la cantidad de sodio necesario para retener los fluidos en el organismo.
También alcohol retrasa el proceso de recuperación de tejidos dañados (como los músculos).

En cuanto a la resaca, al parecer ésta no afecta ciertas variables físicas como la fuerza y la potencia, sin embargo disminuye la resistencia muscular al mismo tiempo que degrada el bienestar general del deportista.

El alcohol afecta a todos los sistemas del cuerpo y está relacionado con patologías como cirrosis, úlceras, enfermedades cardíacas, diabetes, desórdenes óseos y mentales.

Además se generan deficiencias nutricionales por que el alcohol altera la digestión, absorción, metabolismo y excresión de nutrientes.
Los deportistas que abusan del alcohol generalmente tienen estilos de vida desordenados, con descanso inadecuado.

Otro problema más evidente, es el aumento de peso, ya que el alcohol es energéticamente denso y aporta 7 kilocalorías por cada gramo. Además de que bebidas como la cerveza estimula el apetito e incrementan las calorías extra.

Después de un juego de béisbol, sobre todo en regiones tan calurosas como la nuestra, la sed y ansias de hidratarse comúnmente suele ser con cerveza.

Por todo lo antes mencionado, vemos que las bebidas alcohólicas no hidratan, y los líquidos adecuados para recuperarse después de un encuentro son jugos de frutas, las bebidas deportivas, suero y sobre todo el agua.

El alcohol no es un componente esencial en nuestra alimentación. Tomarlo o no es una decisión muy personal de cada uno. No existe evidencia de efectos negativos sobre la salud y el rendimiento cuando se consume en dosis suficientemente bajas.

Si decides consumirlo hazlo con moderación.








Jugadores de béisbol, alguno jóvenes, que no toman con seriedad su profesión.
Cada jugador, cada elemento de un equipo es importante, y como tal debe ser la responsabilidad en cada uno de ellos, el cuidar su alimentación, el fortalecerse físicamente, buscar constantemente las óptimas condiciones físicas que les permita desarrollarse profesionalmente en el terreno de juego. Por el bien de ellos mismos como deportistas y por el bien del equipo también.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Yucatán, líder nacional en obesidad infantil


http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=51$1000000000$4247802&f=20100217
Tomás Martín, de Notimex
2:28 p.m.

Yucatán ocupa el primer lugar nacional en sobrepeso y obesidad entre la población escolar de cinco a 11 años de edad, con 36.3 por ciento en estas categorías, según cifras de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
El coordinador del Programa de Nutrición de la SSY, José Enrique Baqueiro Cárdenas, explicó en entrevista que de acuerdo con estudios, uno de cada cinco niños en Yucatán padece problemas de obesidad y sobrepeso.
Como sucede en otras entidades del país, las principales causas son el mal esquema de alimentación, dietas incorrectas, falta de actividad física y patrones genéticos, así como hábitos y la cultura.
“Los niños ya perdieron el gusto por jugar en el parque, ya que prefieren estar frente a una computadora y otras maquinitas y persiste la creencia de que si un menor es gordito está sano", indicó.
El problema, agregó, ha avanzado y ya afecta notablemente a los niños yucatecos, y ante la necesidad de combatir esa situación, la dependencia inició en septiembre pasado las acciones para crear lo que denominaron el Padrón Estatal de Obesidad Infantil.
Detalló que a partir del 1 de agosto pasado se integraron a 70 pasantes de nutrición a los centros de salud con mayor demanda, principalmente, del área rural y en los hospitales de primer nivel, como el Agustín O''Horán, Valladolid y Tizimín.
También se elabora un diseño de un programa de atención en primer nivel, priorizando la obesidad infantil y la creación de material de apoyo para el tratamiento del problema.
De igual forma se desarrolla una "guía de alimentos regionalizados" y la "guía para realizar tratamiento dietético", mismas que al concluir se distribuirán en planteles escolares y hospitales.
Por su parte, el vicepresidente del Colegio de Pediatría de Yucatán, Marco Peraza Peniche, comentó que el problema ya es tan serio que sería necesario efectuar un estudio sobre la posible pérdida de estatura en los niños obesos.

Añadió que además es evidente el aumento del número de menores que sienten fatiga, dolores en los pies y las rodillas, o que caminan con mucha dificultad por sus problemas de sobrepeso.
Se sabe que los niños con sobrepeso pueden presentar casos de hiperemia o aumento en la irrigación a un órgano o tejido, altos índices en grasa e hígados grasos.
Asimismo, problemas ortopédicos como luxación de las epífisis femoral, que es la separación de la articulación de la cadera del hueso del muslo y apnea del sueño o ronquido.
También, ovario poliquístico en las niñas -quistes en los ovarios que dificultan el embarazo-, manifestaciones músculo-esqueléticas, desaceleración de las epífisis, trastornos de talla que genera niños más bajos y deformidad de la cadera.

Fuente: Diario de Yucatán

martes, 16 de febrero de 2010

Comer carne no te vigoriza

En el ámbito del béisbol profesional, al menos aquí en México, se tiene la creencia de que una dieta alta en proteína animal como los gruesos cortes de filete ó la carne para hamburguesa, es valioso para el organismo, pues existe la idea que al consumirla, los músculos se van a desarrollar, se recupera el desgaste del juego anterior y se cree que es el mejor alimento para aumentar la fuerza y el vigor.

Desafortunadamente existe una fuerte presión social hacia el consumo de carne roja. Gran parte de la grasa de estos animales (que es saturada y contiene colesterol) está distribuida por todo el tejido muscular y no se puede eliminar; de hecho, tendemos a considerar más apetitosa y sabrosa la carne cuanta más grasa de este tipo contenga. Y no consideramos como plato principal, uno que no contenga carne.
Si, es un hecho que las proteínas son el elemento básico para construir el cuerpo y los tejidos. Un niño que está creciendo necesita comer proteínas, personas en recuperación de una enfermedad precisa proteínas extras. Una madre que está dando de mamar a su hijo también necesita más proteínas de lo normal. Pero una persona adulta y sana que no entre en estas categorías no tiene necesidad de excedente de proteínas, ni aún en el caso de personas con actividades físicas agotadoras, como en el caso de los profesionales del béisbol.
Una cantidad de 60 gramos de alimento rico en proteína al día, podría ser suficiente para la mayoría de nosotros, y 120 gramos ciertamente es más que suficiente. Ahora bien, la mayoría de las personas comen más de 120 gramos de proteína en cada comida.


Pero si consumimos más proteína de lo que nuestro cuerpo necesita para el crecimiento, reparación y mantenimiento de los tejidos, ¿Qué pasa con el exceso?
Pues que se queman como combustible, igual que los carbohidratos y las grasas, aunque las proteínas no son un combustible tan eficaz. Y dada la complejidad de las moléculas proteicas, el cuerpo tiene que trabajar más para descomponerlas y liberar su energía. Por lo que la proporción entre la energía ganada y la gastada no es favorable como en el caso de los carbohidratos.


Razones de por qué las dietas altas en proteína dañan tu salud y en el caso del beisbolista afecta su rendimiento
Los subproductos tóxicos de la grasa animal excesiva y la digestión de la proteína puede dañar el ADN, (sabemos que es un químico que contiene el mapa del cuerpo y sus funciones) convirtiendo a las células en cancerígenas. Las células cancerígenas comienzan a multiplicarse por sí mismas.


El exceso de proteína en el cuerpo debe ser descompuesto y eliminado a través de la orina, pues genera una gran carga en el hígado y los riñones.


La ingestión excesiva de proteína provoca una deficiencia de calcio y osteoporosis. Cuando grandes cantidades de aminoácidos se crean, la sangre se acidifica, requiriendo calcio para neutralizarla. Por lo tanto, un consumo excesivo de proteína da por resultado una baja de calcio ocasionando así la osteoporosis.


Las dietas ricas en proteínas imponen un considerable trabajo al aparato digestivo y pueden provocar sensación de cansancio y falta de energía.


Existe una tendencia creciente sobre todo en los niños hacia el consumo de alimentos procesados tanto en la casa y en la escuela. Estos alimentos no solamente contienen muchos aditivos, sino que los alimentos procesados tienden a acidificar nuestro organismo. De igual forma aumenta el consumo de proteína animal y azúcares refinados, evitando las frutas y verduras.


La proteína animal y el azúcar demandan un aumento de calcio y magnesio, derivando en una deficiencia de calcio en el organismo. La deficiencia de calcio irrita el sistema nervioso, contribuyendo al nerviosismo y la irritabilidad, provocando así, la falta de concentración.


Especialistas médicos y en nutrición coinciden en las ventajas de mantener una alimentación rica en frutas y verduras frescas, granos integrales como fuente de carbohidratos por ejemplo el arroz integral, pan integral, amaranto, centeno. ¿Sabías que las leguminosas contienen más proteína que la carne? Además de vitaminas y minerales.


A todos nos gusta la carne, pero dado todos estos factores en detrimento de nuestra salud, se recomienda el consumo de carne sólo de animales con temperatura corporal menor que la nuestra, la carne de res, puerco, la grasa de estos animales por ser de mayor temperatura se solidificará en el torrente sanguíneo al entrar a nuestro cuerpo que es de menor temperatura.


En cambio, animales con temperatura corporal baja como el pescado, se licúa en el cuerpo y llega a lavar las arterias en lugar de depositarse en ellas.


Les confieso que lamento no haber dado con esta información tiempo atrás, no cierren su pensamiento ante una forma diferente de alimentación, que tendrá un beneficio directo a su salud.



Lecturas recomendadas:

Weil, Andrew, MD. Salud y medicina natural. Urano.1995

Shinya, Hiromi, MD. La enzima prodigiosa. alamaha.2007

Carper, Jean, Food: Your Miracle Medicine, Harpercollins, New York, 1993.

Cooper, Robert K. Health & Fitness Excellence, Houghton Mifflin, Boston,1989. Este libro contiene planes de acción general para mejorar el acondicionamiento físico y salud, diseñado a deportistas.

Robbins, John. Diet for a New America, Walpole, Stillpoint (New Hampshire), 1987. Este autor documenta todo lo que hay de erróneo en nuestra dependencia de alimentos de origen animal, la forma en que se cría a esos animales y los efectos de estos animales a nuestra salud, así como en el impacto ecológico en el planeta. Incluso me sirvió mucho en la universidad para justificar datos en proyectos de producción de ganado intensivo. El autor se muestra algo agresivo y emotivo, pero los hechos hablan por sí solos.

Weil, Andrew y Winifred Rosen, From Chocolate to Morphine: Everything you need to know about mind-altering drugs, Houghton Mifflin, Boston, 1993. Revisión de todas las sustancias alteradoras del estado de ánimo, legales e ilegales.

http://www.drweil.com/drw/ecs/headtotoe/head_to_toe_print.html


miércoles, 10 de febrero de 2010

Odio hacer ejercicio

¿Cuántas veces he escuchado esta frase?

¿Cuántas veces la he dicho yo misma?


Hacer ejercicio se pone de moda cada inicio de año, cada que abren un nuevo gimnasio ó inventan otro aparato para marcar el abdomen y hacer ejercicio en casa.

En lo personal, en ocasiones es un poco frustrante ver con qué facilidad Oswaldo programa su rutina de ejercicios, fuera de temporada se levanta temprano deja a las gemelas en la escuela y de ahí sigue su ruta al gimnasio, cinco veces a la semana, continúa con su entrenamiento de pre pre temporada y aún así en las noches me invita a hacer algo de abdominales con él.
Al final del día, yo estoy sin ánimos de seguirle el ritmo.

Sin embargo, estoy convencida de los beneficios que produce la práctica del ejercicio, aunque actualmente no me agrada en nada la idea de ejercitarme.

A lo largo de la historia; la sola idea de tener “qué hacer ejercicio” les habría parecido ridícula a nuestros antepasados.
De hecho, la simple supervivencia siempre ha exigido un grado de actividad física que hacía del descanso un lujo. Rara vez las personas han sido tan sedentarias como para necesitar hacer ejercicio aparte del que ya realizaban a diario.

Pero en el mundo industrializado de hoy en día, la mayoría de la gente no necesitamos cazar, ni pescar, ni arar la tierra para obtener el alimento. No necesitamos caminar ni correr largas distancias para ir de un lugar a otro, ni cortar árboles para construir refugios ó encender fogatas.

Casi todos trabajamos sentados, viajamos sentados y estamos sentados durante los ratos libres, por lo que la necesidad de practicar ejercicio a cualquier hora del día es una invención totalmente moderna.

Sin embargo, no nos damos cuenta de que nuestros cuerpos evolucionaron en entornos muy difíciles y que, por lo tanto están hechos para ser usados, ya que de lo contrario se deterioran más rápido de lo que debieran.

Sabemos que muchas de las enfermedades que afecta a nuestra sociedad se debe a lo poco que usamos nuestro cuerpo.

De esta manera, el aumento de las enfermedades cardiaca y arterial está tan relacionado con la falta de ejercicio, así como con la alimentación no sana.

Una actividad física insuficiente también predispone a padecer transtornos musculoesqueléticos, problemas gastrointestinales, enfermedades nerviosas y emocionales y una larga lista de otras dolencias.

Pero aún así la gran mayoría de las personas (como yo) que comenzamos programas de ejercicios no perseveramos. Y los gimnasios ganan mucho dinero en inscripciones anuales a personas que al cabo de unos meses, (en mi caso semanas)... lo dejamos.

Otros (también como yo) gastan importantes sumas de dinero en todo lo necesario para hacer ejercicio en casa como bicicletas estáticas, pesas y toda clase de aparatos, para después del primer momento dejarlos y convertirlos en colgadero de ropa.

Esta manera de comportarse es lo mismo que pasa con las personas que se ponen a hacer dieta para adelgazar. Pero es imposible alcanzar el peso ideal y mantenerlo sólo tomando la decisión de hacer dieta; ó el último régimen de moda, o con pastillas y bebidas que prometen resultados mágicos.

La única manera de conseguirlo es cambiando para siempre la forma de comer, adquiriendo hábitos alimentarios buenos y sensatos en los que pueda preservar el resto de su vida.

Mi realidad, es que una parte de mi se resiste a hacer ejercicio y detesto la sola idea de hacerlo, ése es mi "yo perezoso".

Y es que el ejercicio acondiciona al corazón, las arterias y la respiración; aumenta la vitalidad, favorece la limpieza de la sangre estimulando la circulación y la transpiración; aporta una sensación de fuerza y bienestar, en parte por la liberación de endorfinas, que son esas moléculas que nos hacen sentir felices y más tolerantes al dolor o molestias, también eleva la circulación del oxígeno por todos los órganos, quema calorías, fortalece el sistema inmunológico, reduce el estrés, baja el nivel de colesterol en la sangre.


Y es que con todos estos beneficios ¿Cómo no querer hacerlo?.


jueves, 4 de febrero de 2010

¿Qué debo comer?

La importancia de nuestros hábitos

Ciertamente el comer es uno de los grandes placeres de la vida. Pero es un hecho que los alimentos que consumimos hoy en día son muy diferentes a los que solíamos comer hace quince o veinte años atrás.

Y es que pensándolo bien, son muchas las cosas que han cambiado en los últimos años. Recuerdo que de niña, cuando vivíamos en Piedras Negras, Coah. Y al terminar con las tareas, salía a la calle a jugar con mis amigas, andábamos en bicicleta, jugábamos a las escondidas, simplemente la diversión era fuera de casa, al aire libre, corriendo libremente.

En casa, mi papá tenía sembrado arboles de durazno, de ciruela y una higuera. Subir y bajar la barda por los enormes y jugosos duraznos, para tener nuestras provisiones era simplemente una rutina para mí.

Hoy día, ni imaginar en la posibilidad de que mis hijas salgan a jugar a la calle por su cuenta. Así que si nuestros hijos no tienen alguna actividad deportiva supervisada, difícilmente recorran distancias mayores que de la cama a la televisión ó computadora.

Aunado a la poca ó nula actividad física y al tipo de alimentación de gran parte de la población, en mucho por supuesto, por los cambios que la industria alimentaria ha efectuado en la preparación y presentación de los alimentos. Es el resultado de que nuestros niños mexicanos con sobrepeso representan el 70% de la población infantil. Éste porcentaje aumentó en menos de una década un 77%. México ocupa el primer lugar a nivel mundial tanto en obesidad infantil, como en obesidad en adultos.

Hemos escuchado, leído, de las características de ciertos alimentos (como las frituras) que influyen en el desarrollo del cáncer, y aún así los seguimos consumiendo y él índice de cáncer de todo tipo, sigue en aumento.

Tres de cuatro personas saben muy bien que una alimentación no adecuada es causa del desarrollo de diabetes, pero cada año crece el número de personas con esta enfermedad, incluyendo niños.

Se consumen productos “light” o “low fat”, y aún así el sobrepeso en la población va en aumento.

Es increíble la cantidad de toxinas que hay en los alimentos que normalmente consumimos, sobre todo aquellos elaborados por el hombre.

Usted que me escucha, ¿se considera una persona saludable? Desafortunadamente no muchas personas pueden responder a esta pregunta con un “si” definitivo. No porque no estemos enfermos significa que estamos sanos. Existe un término que es “enfermedad latente”. Éste termino representa una condición en la cual una persona no está todavía enferma, pero tampoco completamente sana. Es un estado en el cual una persona está a un paso de enfermarse.
Aún las personas que nos consideramos sanas nos vemos afectadas por problemas como estreñimiento, inflamación, insomnio, tensión en el cuello y los hombros. En realidad son señales de auxilio que el cuerpo nos envía y si sólo pensamos que es una condición normal en nosotros, realmente corremos el riesgo que avance hasta convertirse en una enfermedad grave.

En resumen, el hecho de que una persona esté sana o no, generalmente depende de lo que come y de cómo vive diariamente, si bebe alcohol, cuántas son sus horas de sueño, si se ejercita físicamente, el estado de ánimo, el trabajo y el estrés. Entonces la pregunta es, ¿Qué estilo de vida y hábitos debemos seguir para tener una vida sana?

Los hábitos alimenticios se desarrollan cuando somos niños. Si desde ahora aprendemos a cambiar nuestros gustos y apreciar la comida sana, entonces podemos ayudar a otros a hacer lo mismo. Y un buen lugar para empezar, es en casa con la propia familia.