miércoles, 28 de octubre de 2009

Mi doblepléi: Fuera de temporada… ¡mi temporada!

25 de febrero de 2009

Aunque de manera no oficial, jugadores de los Leones de Yucatán que radican en Mérida comenzaron a practicar en el estadio Kukulkán.

Está comprobado que si los jugadores tienen una buena pretemporada, entonces el equipo tendrá una temporada con menos probabilidad de lesiones causadas por falta de condición física.

Desde nuestra llegada a Mérida el mes pasado y después de un largo recorrido de 4,500 kilómetros en carretera desde Mexicali (Calexico, EE.UU.), que fue toda una aventura en familia, que duró ocho días y fue una travesía por cuatro estados de la frontera sur de los Estados Unidos y cinco de nuestro país, Oswaldo no esperó mucho para comenzar a prepararse.

Comenzó a asistir al gimnasio y sacó en casa los bates para hacer “swings”.

Pero nada más.

Una de las ventajas que tiene esta época en que no hay béisbol, es que disfrutamos el tiempo en casa y en familia.

Por ahora que no hay viajes, ni juegos y el horario que prevalece es el escolar, todos nos levantamos temprano. Oswaldo aprovecha este tiempo para ser el “chofer” de la casa y así lleva y trae las niñas a la escuela. Disfruta las actividades deportivas de las gemelas viendo sus entrenamientos y asistiendo a los juegos de básquet.

Nos reunimos con familiares y amigos, salimos a pasear el fin de semana y no el lunes (usualmente día de descanso durante temporada), avanzamos en los proyectos pendientes, algo de mantenimiento a la casa… en fin. Actividades cotidianas y simples para la mayoría de las familias, que yo disfruto mucho, aunque sea por muy pocos días al año.

Otra ventaja (mi favorita) es que Oswaldo valora mi función de mamá al frente de la casa y como esposa. Hay ocasiones que son las ocho de la noche y el capitán y segunda base de los Leones está “aut”, no puede más, le duelen los brazos y las piernas de tanto cargar y jugar con la Sofi (la más pequeña de las tres hijas niñas) que no suelta al papá.

Sufre de “agotamiento físico y mental” de hacer la tarea con las gemelas, y se da cuenta de todo lo que conlleva estar el 100% del tiempo en casa, con las niñas. A tal grado que me dice: "Vieja, ¿cómo puedes con todo? Te juro que me cansan más estas chamacas, que jugar beisbol todos los días".

Y así es: de manera “no oficial” se terminó mi temporada sin el béisbol. Mérida, Yucatán.

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