miércoles, 28 de octubre de 2009

Un verdadero líder deportivo

24 de octubre de 2009

Existen muchas definiciones, características (según el autor) y enfoques que analizan el tema del liderazgo. Es tal vez, la habilidad más importante que pueda tener y/o desarrollar cualquier figura representativa, llámese padre de familia, profesor, manejador deportivo, dirigente político, etc.

A finales de los años setentas se empezaron a desarrollar teorías no centradas en las características de un líder, sino más bien en su capacidad de relacionarse con los demás. En ellas destacan la importancia de cómo desarrollar esta capacidad para lograr conseguir los objetivos por medio de la motivación, los valores, las necesidades y expectativas tanto a nivel grupal, como del propio líder.

En el ámbito deportivo, un líder deportivo es todo aquel que directa o indirectamente está relacionado a esta actividad; dueños y directivos, manejadores, entrenadores, los mismos deportistas, inclusive los comunicadores y periodistas también.

La mayoría de nosotros identificamos a un líder deportivo cuando posee principalmente las siguientes características: iniciativa, originalidad, habilidades por arriba del nivel promedio; en el aspecto psicológico, madurez emocional, capacidad de entendimiento (empatía), rápida percepción de alguna situación en particular, respeto a los demás, habilidad para resolver problemas, honesto, humilde en la aceptación de errores, inquietud en la adquisición de nuevos conocimientos, énfasis en el reconocimiento del “nosotros”, etc.

Pero un verdadero líder, un líder efectivo sabe que él no tiene el poder, que ese “poder” que posee, en realidad radica en los demás que le confían un voto de manera temporal.

En el béisbol, como en otros deportes de conjunto, donde la definición de equipo significa un grupo de personas que trabajan de manera coordinada en busca de un objetivo en común, la presencia de un verdadero líder que mueva a este grupo en la consecución de este objetivo determina de manera clave el éxito o el fracaso como resultado.

Burns (1978) hace diferencia en dos tipos de liderazgo: el transaccional y el transformador.

El primero lo describe como un líder que ejerce castigo y premio con un fuerte uso del poder formal. En cambio, el líder transformador es inconformista, visionario, atrayente con su gente y es un gran motivador. Su liderazgo no radica en el uso poder, sino en la reciprocidad.

Desde mi punto de vista y dadas las condiciones actuales en nuestro entorno deportivo, se debe basar la búsqueda y desarrollo en el tipo de liderazgo transformador. Líderes que tengan la capacidad de movilizar a un grupo, capaz de mantener alto el nivel de motivación, siempre con la finalidad de tener una cohesión en el grupo, un genuino interés en desarrollar el esfuerzo individual en la búsqueda de un resultado colectivo.

Actualmente podemos observar diferentes tipos de líderes. Aquellos que poseen sin duda grandes aptitudes pero buscando la consecución de objetivos personales a través del propio equipo, o aquellos que si su estado de ánimo ó motivación disminuye, afecta de manera negativa a todo el grupo.

Entonces, vemos que es importante que las personas a cargo de un club deportivo como dueños y directivos tengan el interés de identificar a aquellos líderes que sean capaces de ponerse a trabajar, codo con codo, para sacar el proyecto del plantel adelante, sin permanecer al margen.

Un líder que no se preocupe sólo de sí mismo, sino también por los demás; que no considere al grupo y a otras personas como simplemente un medio para conseguir resultados propios.

Un líder con la capacidad de mantener una comunicación transparente y auténtica con su grupo, y que siempre presente las diferentes posibles situaciones de manera real, sin disfraces.

Un líder que no se intimide ante la presencia de otros líderes que tomen el proyecto y sueño como algo suyo, y que contribuyen con lo mejor de ellos para hacerlo realidad.

Un líder seguro de sí mismo que trate con respeto y reconocimiento a las demás personas de su grupo, a pesar de sus diferencias de opinión.

Si se logra detectar y desarrollar este tipo de liderazgo dentro de un grupo, entonces sí, se puede decir que se tiene un EQUIPO.
Mérida, Yucatán.

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