martes, 6 de abril de 2010

La intersección del bate y la pelota



Sin duda son varios los factores que influyen de manera importante en el desempeño del jugador de béisbol al momento de tomar su turno al bat.

Desde mi lugar, ( y el de ustedes también como aficionados) en las gradas del estadio. La perspectiva es simple.
Si bien se puede apreciar la velocidad con que el lanzador envía la pelota a home. Pero no tenemos idea de las intenciones y pensamientos del bateador. Pero si podemos percibir su concentración, su nivel de confianza, su determinación, pero más, no.

Expertos en física aplicada coinciden que el batear es de lo más difícil de realizar en un deporte. Simplemente el observar como un lanzador puede envíar la pelota desde el montículo a home a velocidades de 90 – 95 millas por hora, en un lapso aproximado de cuatro décimas de segundo a lo largo de los 60 pies y 6 pulgadas (18.44 metros) de distancia entre el montículo y home. Y de esta manera no sólo hacer un contacto efectivo, sino lograr determinar la colocación precisa de la pelota, convirtiéndola en imparable. ¿Increible verdad?

Son sólo cuatro décimas de segundo en donde el bateador depende totalmente de su habilidad, su coordinación, su fuerza, pero sobre todo de su capacidad mental.

He expresado en otras ocasiones que en este deporte, que es el béisbol el 80% del éxito es mental.

Aún así, no podemos ignorar que el béisbol está fuertemente relacionado al comportamiento aerodinámico de su objeto principal, la pelota.
Este aspecto, también muy interesante, puede ser entendido y analizado a partir de los principios físicos básicos.

Aspectos físicos tan comunes que los vemos día a día en el juego de béisbol como por ejemplo: la ligereza con que vuela la pelota, la estructura y tamaño del bate, el efecto que se da a la pelota en los diferentes lanzamientos, el factor “humedad” en el comportamiento de la pelota y sobre todo el impacto entre el bate y la pelota es lo que más nos gusta observar, sobre todo si sobrepasa la barda y es un home run.

En ese lapso de tiempo; en esas cuatro décimas de segundo, el bateador debe tomar una desición y reaccionar.

Un beisbolista sabe, que lo más importante es jamás perder la vista a la pelota, pues aquí, la coordinación ojo – mano entra en juego.
Escuchamos todo el tiempo como los entrenadores le dicen a los niños “Observa bien la pelota”, y es que antes de querer dar home runs, lo primero es hacer contacto. Leer el trayecto de la pelota con “vista de lince”, es lo más importante.

Aunque observamos diferentes maneras de pararse a batear por parte de los jugadores, me imagino que cada bateador toma en consideración su tiempo, su energía y explosividad, así como su postura y su swing.

Cada jugador tiene un estilo distinto a la hora de pararse batear, Fernando Alejos, por ejemplo; observo como levanta un poco su pie delantero para obtener un cierto ritmo e impulso que le da mayor fuerza al batear.
Veo como Oswaldo flexiona un poco sus rodillas, carga y centra su fuerza en las caderas al momento de hacer swing.

Recuerdo que en algún momento Oswaldo me comentó acerca de Santiago González, él juega con el equipo de Minatitlán y por cierto es muy amigo suyo. Este jugador veracruzano es el de menor estatura de toda la liga profesional en México. Oswaldo y Santiago jugaron el invierno pasado con el equipo Aguilas de Mexicali. Y a pesar de ser el jugador más bajito de estatura del equipo, era él quien usaba los modelos de bates de mayor longitud.
Tal vez de esa manera el compensaba su estataura, y así le daba más fuerza a la hora de hacer contacto con la pelota. Sin duda un gran jugador con una extraordinaria fortaleza física y mental.

En la ciencia del bate y la pelota, en el momento justo de esta intersección, el bateador debe observar bien la pelota; pues ésa imagen va directo al cerebro, y le toma al cerebro 75 milisegundos procesar la imagen y observar la velocidad y ubicación de la pelota.
Al bateador le toma 25 milisegundos decidir si deja pasar la bola o hace el swing apropiado para un pitcheo alto, bajo, pegado o afuera. El swing empieza justo cuando el cerebro envía la información a las piernas y brazos, en al menos 15 milisegundos.

La intersección se da entre el bate y la pelota en el milisegundo exacto.

Sin duda la confianza y fortaleza mental del jugador proviene de la práctica y el trabajo diario en la mecánica, los fundamentos del swing y su ejecución.
Como jugador debes concentrarte, relajarte, confiar en ti mismo, esperar “ese” pitcheo y así… ¡reaccionar!.


Robert K. Adair. Investigador en Física Aplicada, siempre tuvo interés en el béisbol, si bien no lo pudo jugar logra explicar de manera científica cada aspecto de este maravilloso deporte, en su libro: The Physics of Baseball (HarperCollins New York, 1994).


Escrito basado en las investigaciones de:

Robert K. Adair. Departamento de Física de la Universidad de Yale.
Alan M. Nathan. Departamento de Física de la Universidad de Illinois.

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