martes, 11 de mayo de 2010

Tributo para mi, tributo para ti.

“Cuando se corrige el corazón, entonces se cultiva la vida personal; cuando se cultiva la vida personal, entonces se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, entonces la vida nacional tiene orden; y cuando la vida nacional tiene orden, entonces hay paz en este mundo”. Confucio

En esta ocasión me gustaría comentar con ustedes acerca de la contribución, la colaboración, la entrega, que como madres creo es lo que más nos define. Pero como dice este gran filósofo chino, primero debemos cultivar nuestra persona, después trabajar con nuestra familia, amigos y al final con nuestra comunidad.

Y es que en lo particular tiene total sentido esta frase, es como por ejemplo cuando viajamos en avión; que en ocasiones lo he hecho sola con mis hijas. Lo primero que dicen las azafatas al dar las instrucciones de seguridad antes del vuelo. Es que si viajas con menores de edad o personas que necesiten algún tipo de ayuda especial, la primer medida en un caso de emergencia, es asegurar nuestra máscara de oxígeno primero, y después auxiliarlos a ellos. Es lo mismo en la vida.

Si no cultivamos nuestra persona en primer lugar, no estamos en la condición de ayudar y colaborar a una causa de mayor proporción. Y aunque la mayoría de nosotros hemos crecido con la idea y ejemplo de pensar en los demás primero, este noble gesto no es posible a menos que tengas todos tus recursos personales listos y en orden para lograrlo. Me refiero principalmente a tus fortalezas, tanto mental, emocional y física. Entonces, ¿Para nosotras, por qué es tan importante ser fuertes? Bueno pues todo el tiempo levantamos cosas en la casa, movemos muebles, las bolsas del súper, cargamos en brazos a nuestros hijos, y una infinidad de actividades que requieren de nuestra fortaleza. Y ni hablar del aspecto, financiero y emocional… Todas son áreas en donde otras personas pueden necesitar de nuestro apoyo.

Algunos aspectos que pueden contribuir a mejorar nuestra persona pueden ser:

Mantén tu cuerpo sano para tener la energía y vitalidad de ayudar a los demás. Concéntrate en tu alimentación, en tu ejercicio diario y sobre todo descansa y duerme para recargar las pilas. (En lo personal es lo que a mí más me afecta, pues cuando Oswaldo "juega en casa", ya sea que yo vaya a los juegos o lo espere en casa para cenar, mi hora de dormir casi siempre, se alarga hasta la madrugada y mi horario para levantarme siempre es a las 6 de la mañana, para así iniciar mis actividades con las niñas y en casa. Esas desveladas no las recupero fácilmente).

Nutre tu cuerpo de tal forma que te ayude a mantener un equilibrio, despeje tu mente y centre tu energía. Por ejemplo, tómate tu tiempo para darte un rico baño, sin apuros ni prisas. (en casa no falta que la Sofi quiera bañarse cada que oye la regadera).

Lee un buen libro, disfruta con tu pareja de un rico masaje, ver una buena película, reunirse con la familia y amigos cercanos, como los compadres.

4. Trata de rodearte de personas siempre positivas, en donde tengas la certeza que responderán de la misma forma que tú lo harías por ellos en un momento dado.

va Observa tu escala de valores y dale un orden, ¿Qué es lo más importante para ti, para tu persona? Salud, seguridad, belleza, ¿diversión? Tal vez una buena clave que nos guíe a estas respuestas sean los aspectos externos ¿En que gastamos nuestro dinero? ¿Qué hacemos en nuestro tiempo libre? ¿Con que clase de personas nos relacionamos? ¿Qué libros leo… bueno, al menos leo? ¿Qué tipo de programas veo en la televisión? Y así podemos seguir… tal vez a ustedes se les ocurran más indicadores.

Puede resultar interesante y revelador observar de esta manera nuestros valores. Por ejemplo, si gastamos gran parte de nuestro presupuesto en comida saludable, entonces sin duda nuestra salud y la de nuestra familia tiene un valor primordial. Si gastamos dinero en comida chatarra y sin valor nutricional, entonces sentir una gratificación inmediata es tal vez más importante para uno. Y no pretendo ser pre juiciosa, pero yo creo que cada decisión que tomamos, nos muestra sin duda, mucho acerca de nosotros.

Y solo nosotros podemos determinar si existe una discrepancia entre lo que creemos, y lo que realmente estamos eligiendo o decidiendo.

Por eso es que es importante cultivar nuestra persona, ordenar nuestros valores. Al final, son nuestros valores quienes puedan guiar de la mejor manera nuestras oportunidades. Y seguramente siempre hay oportunidades alrededor nuestro.

Pero desafortunadamente no nos damos cuenta o estamos demasiado estresados y preocupados por otras cosas que tendemos a ignorarlas.

Tal vez una buena idea sería regresar a nuestros valores iniciales retrocediendo un poco y así, usarlos de guía.

Entonces sí, podríamos reconocer de esta manera nuestras oportunidades más fácilmente, por que las oportunidades siempre están ahí, relacionadas a algo ó alguien que es muy importante para nosotros.

A mis abuelas, y mi madre que definieron con sus genes y su ejemplo lo que soy, lo que me recuerda y motiva todo el tiempo lo que mis hijas son y pueden llegar a ser.

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