miércoles, 28 de octubre de 2009

La inteligencia emocional en el béisbol

Publicada con fecha: 16 de noviembre de 2008

La inteligencia emocional es un concepto psicológico desarrollado en los 90´s por Daniel Goleman y se aplicó de inmediato en el ámbito empresarial con mucho éxito, así como a nivel interpersonal y familiar.

Básicamente es el desarrollo de nuestras habilidades para controlar nuestros impulsos emocionales, sentimientos, manejar amablemente nuestras relaciones y tener la capacidad de canalizarlos para conseguir nuestras metas más fácilmente.

Este concepto es perfectamente aplicable en el ámbito deportivo y, por supuesto, en este bello y complejo deporte que es el béisbol.

El manejo de las emociones está presente en todos los niveles que integran este deporte, desde directivos, manejador, cuerpo técnico y, sobre todo, en los jugadores.

No hay un día que no lea, escuche y observe aspectos como:

“Tiene todas las facultades, pero es muy apático para jugar”. O lo contrario: “Ahí se mantiene, en la banca, pero es un jugador que apoya, motiva y mantiene la armonía en el equipo”.

En ocasiones, no entendemos cómo personas con trayectorias impresionantes, como jugadores y manejadores, simplemente no hacen “clic” con sus jugadores. Vemos que hay quipos con nóminas elevadas, que simplemente no ganan.

En mis nueve años de casada con un beisbolista profesional, he visto en el rostro de mi esposo la motivación, la confianza, la determinación, la alegría, la tristeza así como la impotencia. Y aunque todas estas emociones son parte de la vida de un deportista, las podemos ver reflejadas en el terreno de juego, como individuos y a nivel equipo.

Como espectadores durante un juego nos damos cuenta del estado de ánimo del jugador; si viene con un plan definido en su turno al bate o sin un plan de bateo, agresivo o paciente; nos damos cuenta cuándo un pítcher sube a la loma decidido o temeroso; nos percatamos de la complicidad entre los jugadores y su mánager, cuando se entienden sólo con la mirada. O lo contrario: cuando la comunicación es nula y no hay contacto de ningún tipo.

Todos estos impulsos y sentimientos son información pura hacia sus oponentes, hacia el público y hacia ellos mismos.

La pregunta es: ¿Se valoran y se toman en cuenta todos estos aspectos aquí mencionados a la hora de armar y dirigir un equipo?

La carta de presentación de un jugador son sus números y estadísticas, pero sabemos que eso no define la calidad del jugador; el pelotero tiene otros elementos no numéricos que le dan un valor agregado a su trabajo y desempeño.

Ó en su defecto, elementos negativos que perjudican su trabajo.

Está claro que las facultades y condición física del jugador es lo que más se trabaja durante su carrera deportiva, pero es necesario desarrollar habilidades con las que se aprenda a reconocer, entender y expresar emociones y sentimientos; tener la capacidad de entender a los demás (empatía), la capacidad de dirigir y controlar las emociones, solucionar problemas interpersonales y generar sentimientos positivos y motivadores.

De esta manera los objetivos se conseguirán más fácilmente.

No tengo estudios en psicología (estudié administración de recursos naturales), pero me gusta leer y apoyar a mi viejo en su carrera con temas como éste, y aunque me cuesta trabajo, trato de implementar en mi vida este tipo de herramientas, para beneficio de mi familia y para mi vida, pues tengo a las mejores maestras: mis hijas.

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